sábado, 28 de mayo de 2011

La maravillosa libertad de expresión que goza Argentina hoy

Por Mónica Oporto

Las palabras, en tanto refieren situaciones, inquietudes, objetivos, cambios, pueden considerarse como “elementos de problemas” . En algunos momentos pierden su monosemia porque se los resignifica, no mantienen un significado fijo, estático, lineal. El enunciador habla desde su circunstancia y estatus, desde su elitismo o sus pies en el campo popular. Desde el habla se manifiestan intenciones, afectos y se buscan efectos: “En el acto del habla se distinguen dos componentes: su contenido proposicional y su fuerza ilocucionaria” desde la cual habrá que desbrozar el mero enunciado y lo que se quiso decir, el mensaje que existía detrás de las palabras.
El martes pasado hubo un debate televisivo con un nivel desacostumbrado para la televisión argentina que, de alguna forma, es un signo del cambio de los tiempos y de la absoluta libertad de expresión en los diferentes medios de comunicación.
Hubo voces alineadas a uno y otro lado, desde los que representaron la voz de este modelo de país y quien no.
Pasaron varios días y la perspectiva del tiempo sumada a la diversidad de opiniones escuchadas, me permitió un cierto análisis (uno más, porque hubo muchos y muy sesudos). Me sentí molesta frente a lo que ví, y ciertamente, como dice Leonardo Boff "todo punto de vista es la vista de un punto" por eso, desde mi punto de vista: me molestó mucho la soberbia elitista manifestada por una representante de la intelectualidad orgánica del establishment, a quien ni nombro a estas alturas, ya saben quién es.
Me molestó que la producción del programa pensara que para emparejar el debate lo mejor era recurrir a representantes varones. Perdón por la cuestión de género, pero a fuer de ser sincera debo decir que podrían haber sido un poco más equilibrados y llevar a un varón y a una mujer, vaya a saber por qué (aunque espero que no sea porque los vieron más capacitados para debatir con la invitada).
De la invitada me parece que su despliegue intelectual es impecable. Tan pulcro, tan prolijo, tan... tan alejado de lo cotidiano. Análisis en completa asepsia, pero vacíos de pueblo. Le costó mucho pronunciar la palabra popular y en cambio prefirió el término "plebeyo"? ¿tanto miedo a la horda Nac&Pop; de que vuelva a lavarse las patas en la fuente?. Mucho afrancesamiento en las formas, y un profundo elitismo.
Compartí opiniones en algunos foros, con compañeros; escuché opiniones en los medios y ahí me sorprendieron algunos comentarios de muchos participantes (o militantes) del sector nacional y popular porque criticaron el discurso de uno de los panelistas invitados al programa en cuestión, por considerarlo "militante". En este punto me quiero detener porque si desde la ELITE nos quieren llevar sólo a su terreno y entonces el debate logra nivel por lo que tiene de "pulcro, intelectual, elitista" es decir, vaciado de militancia, de patas en la fuente, de barro de las calles de los barrios, pues entonces estamos hablando desde el mismo lugar del que nos deberíamos diferenciar y aceptamos (acatamos) la agenda que nos imponen.
La voz militante fue la de Gabriel Mariotto, necesaria voz no sólo por su pertenencia y trayectoria militante, sino por el lugar institucional que ocupa hoy.
En las redes sociales, en algunos blogs, algunos compañeros entraron en la variante que nos impone el monopolio de analizaron el debate en términos deportivos, entonces "alguien ganó y otro perdió". Utilizar las mismas palabras de quienes nos queremos diferenciar es mantener la cabeza "colonizada" y quedarnos en el análisis de la micro. En la macro fue ganancia pura, pero ninguneada por los titulares del "día después", básicamente por los medios del monopolio (o alineados con éste) a los que no les conviene destacar que este debate se da porque NUNCA HUBO MÁS LIBERTAD DE EXPRESIÓN QUE HOY. Tanta libertad de expresión que (para que después la SIP no se alarme) HASTA BEATRIZ SARLO EXCLAMÓ REFIRIÉNDOSE A LOS HIJOS ADOPTADOS-APROPIADOS DE ERNESTINA HERRERA DE NOBLE "TIENEN QUE HACERSE EL ADN".
No obstante, en pequeños detalles nos siguen marcando la agenda y lo lamentable es que por momentos se pierden de vista quellas palabras de Arturo Jauretche "Nos dicen que hay que comprar con el manual del comprador que escribe el dueño del almacen".
Así muchos se enganchan en esta que puede ser una zonzera disfrazada como blanca ovejita y le hacen el juego al "dueño del almacén" cuando nos dejamos imponer la agenda y usamos las palabras del establishment y no las propias, las del campo nacional y popular. Entonces no se puede reducir un hecho tan importante como fue este debate, a términos deportivos de "ganó-perdió" sólo para castigar al programa que su mérito tiene al haber venido abriendo brecha en medio de la hegemonía del monopolio. Se ha ganado, como referí anteriormente, este debate televisivo y el debate posterior en todos los medios da la medida de la libertad de expresión que vive Argentina.

martes, 24 de mayo de 2011

Condición excluyente para ser PRO: Ser idiota


Por Daniela Bambill
La miseria espiritual debe ser uno de los flagelos más espantosos que castigan a la humanidad, de eso sabemos los argentinos, padecimos miserables como gobernantes, miserables como verdugos, miserables como políticos…
Espíritus chiquitos y mezquinos, agazapados, esperando la oportunidad de salir a la luz y lanzar sus excrementos verbales como flechas  certeras al sentido común y a la indignación de la gran mayoría de los ciudadanos… Porque la gran mayoría no están dentro del círculo de los miserables, por más empeño que hayan puesto los medios monopólicos en hacernos creer que éramos lo peor del globo terráqueo.
Más allá de cualquier posicionamiento ideológico, partidario o religioso, la  escoria intelectual es emergente directo de la miseria espiritual, ejemplos claros los hemos visto y escuchado en los debates que tuvieron como epicentro al Congreso Nacional, allí por ejemplo durante el debate de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario hemos escuchado argumentos aberrantes, delirantes y místicos que no diferenciaban ideologías políticas, simplemente nos pintaban de cuerpo entero a los miserables espirituales.
La estupidez supina de Lamanna, vocero de Macri es un modelo de pobreza intelectual, miseria espiritual y soberana hijoputez si se me permite el término barriobajero.
En una etapa histórica de resarcimiento colectivo, en la cual están a flor de piel las laceraciones más profundas cometidas contra la Nación misma,  uno de los crímenes más  monstruosos fue el robo de bebés durante la dictadura,  cada Nieto que Abuelas recupera es un bálsamo que intenta curar las heridas sociales más profundas.
Estos miserables, como Lamanna  no pueden entenderlo, porque en su corto universo mental, lo único válido y representativo es el término “negocio”, para ellos, los miserables como Lamanna, como Macri,  gobernar es un negocio,  hacer política es un negocio, la dignidad es negociable, la Patria es parte del vocabulario marketinero que no llegan a comprender porque sus escasos movimientos cerebrales no les permiten de ninguna manera el pensamiento colectivo… Simplemente no cotiza en la bolsa de valores…
Macri ha demostrado el desprecio por las Instituciones, por los ciudadanos, por la política, por todo aquello que no represente un negocio redituable en su escasa simbología mental.
Es un exponente claro de la idiotez, en el sentido etimológico  original, idiota era aquel al que no le interesaban los asuntos públicos para los antiguos griegos, Macri es un idiota, y por supuesto aquellos que componen su séquito deben poseer la misma virtud, por lo tanto  y permítanme el razonamiento simple Lamanna es un idiota.
Lo preocupante de esto es que estos tipos despreciables ocupen cargos gubernamentales, que sometan a la ciudadanía a su delirante escala de valores y que haya aún hoy personas que se sientan seducidas por su discurso violento.
Las sociedades tienen aristas oscuras, los diferentes matices de la idiotez están enquistados profundamente en muchos ciudadanos, la nuestra es una Patria joven, que está atravesando el momento más maravillosos de su historia,  la impronta que tendrá esta Nación en su madurez será exclusivamente el producto de las acciones de los hombres y mujeres que hoy estamos construyendo ese futuro.
Los tipos como Macri, idiotas útiles al Poder real del establishment económico son  las bacterias que provocan la putrefacción  que debemos erradicar definitivamente y eso solo será posible con la concientización absoluta de la ciudadanía.
Nadie dijo que el sueño de la Patria Libre, Justa y Soberana sería sencillo, lo sabemos, solo basta mirar atrás y conocer la historia, la faena es ardua, pero quienes formamos parte de la gran mayoría ciudadana, sabemos que mirando el pasado, construyendo el presente con honestidad intelectual, compromiso, sentido común y una profunda vocación de servicio estaremos garantizando el futuro que soñaron miles de personas que  dieron su vida como ofrenda máxima en la construcción de la Nación, que es mucho más que un conjunto de personas que habitan el mismo territorio.
La historia nunca más la escribirán los idiotas al servicio de los poderosos, la historia desde ahora y para siempre la escribiremos los que la hacemos, los que la vivimos de a pie, los buenos ciudadanos…



viernes, 13 de mayo de 2011

De liderazgos, lealtades, torpezas, y aclaraciones que oscurecen

  Por Daniela Bambill

 

“A mí se me presentan todos los días y me dicen: 'Estos son los traidores' y vienen otros y me dicen 'Los traidores son los otros'. Y yo siempre les digo lo mismo, porque todos lo que vienen me dicen '¡Pero nosotros tenemos razón!' y yo les digo 'Tal vez, pero yo no soy juez, no estoy para darles la razón. Yo estoy para llevarlos a todos, buenos y malos'. Porque si quiero llevar sólo a los buenos me voy a quedar con muy poquitos.” Juan Perón
 
Estamos asistiendo a una etapa histórica como hacía años no se daba en el País, no es casual, no es exclusivo de los logros en materia económica, del avance sobre la desigualdad social, del posicionamiento regional de Argentina, de ocho años de crecimiento sostenido, de un proyecto claro con políticas de estado pautadas de manera taxativa en función de un Estado que ha demostrado tener como objetivo supremo la igualdad de derechos en la simple y cotidiana tarea de hacer.
No es exclusivo de todo esto, que quienes apoyamos a este Gobierno militamos arduamente para sostener y profundizar, esta etapa  es histórica y única porque tiene como muy pocas en la historia de la Nación un liderazgo político indiscutido, aún los detractores más rabiosos reconocen en Cristina Fernández un adversario casi imposible de vencer.
Las movidas de los dirigentes opositores dejando a un lado sus intenciones de candidatearse a Presidente  reflejan la impotencia frente al liderazgo y la poca vocación política de quienes supusieron a la luz del carnaval nacido en los ’90 que bastaba con una buena asesoría en marketing para liderar y conducir espacios de poder, en esa década frente a la mediocridad de los dirigentes que ocupaban las marquesinas, cualquier pelafustán con dinero llegaba a convertirse en “político”.
El cambio de paradigma es un hecho concreto difícil de visualizar por quienes lo viven, la real dimensión de los cambios históricos se adquiere con el correr del tiempo, parece verdad de perogrullo, pero solo pocos hombres y mujeres son capaces de avizorar esto, ejecutarlo y guiar el rumbo, y es eso precisamente lo que los convierte en líderes.
Cuándo está todo por hacerse, cuándo no hay rumbo claro, cuándo se comienza a reconstruir como en una catástrofe natural o bélica, desde las cenizas mismas de una Nación, no queda más remedio que arremangarse y trabajar, allí en esa tarea comienzan a tejerse las redes de lealtades explícitas e implícitas, en ese preciso instante de reconstrucción no hay demasiadas ambiciones personales en el sentido más egoísta de la expresión, pero esto no es sorprendente, muy pocos son diestros  en la faena de poner todo al servicio del otro sin saber a ciencia cierta los resultados en la inmediatez que urgen los tiempos del hambre y el desempleo. Y siguiendo esta lógica de razonamiento, es más cómodo encolumnarse detrás de quién conduce en la tempestad el barco averiado.
Cuándo la reconstrucción es un hecho concreto, cuándo el camino está allanado, las alimañas identificadas, renacen las fantasías de aquellos que considerando sus intereses y argumentos como los únicos válidos aportes a la causa intentan reacomodar el tablero aún pateándolo y desarmando la jugada magistral que los llevó a la posición que garantiza el triunfo colectivo.
Los agravios y las diferencias pasan a ser moneda corriente y las lealtades se convierten en moneda de cambio barata y berreta, tan efímeras como las convicciones que dicen poseer  quienes  azuzan hasta el hartazgo por una porción ínfima del gran banquete que significa una Patria Libre Justa y Soberana para todos.
Nadie se erige en líder por voluntad propia, nadie se autoproclama estadista, la historia es implacable con los torpes y soberbios…
Atravesamos una etapa única, como muy pocas en la historia de la Nación, la voluntad popular ha erigido una líder clara, sin condicionamientos ni cuestionamientos mezquinos. No hay lugar para dos liderazgos, no hay lugar para dos conducciones. Quién quiera dar pelea la de con las armas que la democracia nos brinda, sea opositor o aliado. Las presiones, los contubernios y las explicaciones que oscurecen son anacrónicas para un pueblo que ha aprendido a leer más allá de los renglones escritos por los iluminados…