miércoles, 1 de abril de 2009

RAÚL ALFONSÍN


La consecuencia entre el discurso y los actos, la honradez, la dignidad, la lealtad con las convicciones no son virtudes que abunden.
Entender la política como forma de vida la convierte en la más noble de las actividades porque ello implica darse al otro, hacer y vivir por el otro.
Independientemente de las cuestiones partidarias, hay un lugar común en todas las expresiones y es valorar al Dr. Alfonsín como un político de ley.
Para quienes nos iniciamos en la política creyendo en este hombre y sus ideas, para quienes lo hemos tenido como referente de consulta permanente más allá de las coyunturas, nos queda un profundo agradecimiento.
Seguir el camino de la política como actividad dedicada a la búsqueda del bien común, el camino de la democracia como bien supremo, el camino de la lealtad a las convicciones a pesar de las conveniencias personales es honrar la memoria de los hombres que como Raúl Alfonsín han contribuido invalorablemente a la construcción de la República.


Daniela Bambill

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