Por Daniela Bambill
“Los tibios no mueren por una causa, sino por casualidad” Evita
Cristina Fernández ha demostrado, en el acto del Estadio de Velez, que es la única dirigente que puede aglutinar bajo su conducción lo más variopinto del movimiento nacional y popular.
Ahora bien, mientras todos buscan “la foto” con Cristina, cada uno atiende su juego territorial muy lejos de la consigna por ella esgrimida como camino de construcción.
El acto en Los Toldos ha dejado el sabor rancio que deja la comida vieja y recalentada, sobra del majar para pocos. Las bravuconadas extemporáneas y la soberbia enarbolada como escupitajo en la cara de la militancia han signado el inicio y probablemente el fin de un espacio, que como todos aquellos que se generan de espaladas a las bases, tendrá una duración efímera y un objetivo estrictamente mediático. Objetivo al parecer unívoco del modelo de gestión anquilosada en los canales de TV y pasquines creados para endulzar los oídos de quienes aquellos que allí estuvieron, dicen representar.
Solos o acompañados muchos dirigentes de la provincia de Buenos han salido a mostrar su vocación personalísima, lejos de un proyecto colectivo que los contenga como engranajes necesarios.
Esta semana hemos visto por ejemplo, al Intendente de Almirante Brown desfilar por los pasillos del monopolio con su sonrisa de “candidato a todo o a cualquier cosa” que engrose aún más su exacerbado ego.
Una montaña incalculable de dinero dilapidado en publicidad personal, encuestas telefónicas a lo largo de toda la Provincia dirigidas a la instalación de su figura como producto de marketing ha sorprendido hasta a los militantes del Distrito que malgobierna, al sur del Conurbano.
Mientras en Almirante Brown se sigue subsumiendo a las barriadas a la postergación absoluta y maquillando los centros comerciales y las arterias principales, la imagen de positiva construida a fuerza de marketing que va en franca picada en el ciudadano no militante y los heridos que provoca la construcción personalista, en quien además no tiene carisma de líder político ni ha manifestado una sola definición lo posicione más allá del limbo híbrido de quien no tiene anclaje alguno en ninguna matriz ideológica, van generando tierra fértil para la ruptura de una pretendida hegemonía que ya no se sostiene más allá del círculo íntimo de obsecuentes.
Este Intendente con aspiraciones a todo lo que su afiebrada imaginación le obsequie no es original, es solo un ejemplo tristemente ridículo de los que no comprendieron la época que nos contiene.
El proceso político encabezado por Cristina no admite grises, ella ha demostrado que está dispuesta a todo por lograr la reconstrucción definitiva de un País inclusivo, para profundizar en la la igualdad de oportunidades como premisa irrenunciable, en la prioridad de los postergados históricamente, en la ampliación de derechos , ella ha llamado incansablemente a la unidad nacional más allá de las mezquindades personales, ella ha demostrado que el legado de Néstor Kirchner y su sueño de una Patria Libre Justa y Soberana no quedará solo en consignas, afiches, o discursos vacíos, sino que se ha propuesto terca y laboriosamente a convertir ese sueño en realidad efectiva.
Pero ella sola no puede, necesita del compromiso militante de todos y cada uno de los que apostamos a este modelo político, desde el rol que a cada uno de competa. No nos confundamos.
No son los que estuvieron en Los Toldos agitando el peronómetro y sus palabras soeces y hostiles, no son los “candidatos a todo”, los egocéntricos que jamás comprenderán el significado de “Proyecto Colectivo”, no son los que corren detrás del kiosco los que constituyen el espíritu de este gran movimiento que tiene su matriz en el amor y el compromiso con el otro para tejer esa gran red que nos integra.
Somos muchísimos más los que estamos convencidos de que se puede construir política desde el reconocerse en el otro como parte de un todo, desde el compromiso cotidiano lejos de la rosca superestructural , las encuestas, las consultoras, las luminarias de los set televisivos y las letras de molde dibujadas con montañas de billetes, somos muchos más los que entendimos que esta historia la escribimos todos juntos o no la escribe nadie.
Evita no soportaba a los tibios, Néstor no lo fue y le costó la vida, Cristina no lo es y nos lo demuestra construyendo futuro tercamente… Nosotros no tenemos derecho a serlo. Sigamos construyendo Patria en cada acción militante
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