Por Mónica Oporto
El periodismo es una militancia, deber serlo. Una militancia por la verdad, un compromiso con esa verdad. Porque, caso contrario, la falta de compromiso a lo único que lo unirá será a un valor económico. Y sobrados ejemplos hay de periodismo-mercenario, comprometido con el dinero.
Quienes niegan la militancia como parte de la vida es porque le temen a la palabra militancia, la relacionan con actividad política y la cargan así de otra significación que rechazan. Sin embargo, en el mismo acto de rechazarlo cargándo a la palabra de contenido político están haciendo un acto tan político como el que rechazan. De hecho, toda actividad humana conlleva una carga política, aun el hecho de decir "a mí no me gusta la política" tiene una clara alusión a esa actividad.
Militancia por la verdad, militancia en el periodismo de investigación, militancia comprometida, mostrando y diciendo, fue la de Rodolfo Walsh para quien: "El periodismo es libre o es una farsa", palabras que hoy resuenan con mucha fuerza, sobre todo cuando se nota la falta de libertad imperante en algunos medios que someten a sus trabajadores periodistas a los límites de la opinión editorial.
Rodolfo Walsh, haciendo honor a la verdad y venciendo la mordaza de la dictadura o el ninguneo de algunos medios, dijo: "Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información". ¡Cuánto por tener en cuenta en tanto medio monopolizado!
Justamente por eso, Walsh mantuvo claras y precisas definiciones para explicar la forma en que los sectores que limitan al trabajador de periodismo, le imponen aquello que puede o no decir para evitar que los destinatarios de las noticias puedan llegar a conocer la verdad: "Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de las otras cosas". Porque limitando la información, cercenan la posibilidad de la formación de una conciencia de pertenencia, de la inclusión en una historia y en un pasado que permitan la proyección hacia un futuro; se atomiza la realidad,y se debilitan la palabra y la acción.
Vaya esta memoria entonces para un periodista militante, un pensador del campo nacional y popular, un comprometido y muy jugado por los destinos de sus compatriotas y de su patria, un investigador en serio que buscó siempre la verdad, la supo desentrañar y exponer a la luz, por ejemplo, buscando los autores del crimen de Rosendo García o de los fusilados de José León Suárez; quien supo exponer con claridad aquellos males que nos imponían desde los sectores poderosos.
¿existe mayor compromiso militante con la verdad que el acto de heroico arrojo que significó escribir la carta a la junta militar en momentos en que otros eligieron ser complacientes correveidiles?. Justamente ahí es donde más se diferencia el periodismo militante del que se dice "no-militante"!.
En definitiva, implica toda una posición y una elección en la vida, y hasta, por extensión, podríamos parafrasear a Evita y decir que "el periodismo será militante, o no será", y creo que es acertado.
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