Por Dante López Foresi
Periódico El Vigia: http://www.agenciaelvigia.com.ar
Mientras medio país debate en profundidad el término "culo", por haber sido mencionado por Francisco De Narváez y Carlos Reutemann y la conjugación del verbo "chupar" que realizó Diego Maradona, como si en realidad se tratara de tres mentes selectas del Iluminismo y no de tres referentes primitivos de la sociedad, cuyos méritos "intelectuales" son: tener plata y un tatuaje en el cuello, haber salido siempre segundo en su oficio y patear la pelota como los dioses, respectivamente, un embrión realmente peligroso crece desde las páginas y voces de cierta prensa que no logró digerir la aprobación de la Ley de Servicios Audiovisuales.
La autoproclamada "líder de la oposición" Elisa Carrió profetiza desde su parnaso apocalíptico, que "Kirchner prepara algo para Diciembre", "el gobierno tiene armas", "le pido a la gente que no concurra a movilizaciones masivas" e incongruencias por el estilo, para terminar con un maternal "no quiero que la gente se preocupe". Erróneamente, el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández descalifica y exculpa a la dirigente del ARI diciendo que "está pirucha y no tiene los patitos en fila". Y decimos que la respuesta oficial es errónea, justamente porque exculpa por sospecha de inimputabilidad a la blonda referente de la oposición, quien en realidad ya debería haber sido citada por un fiscal para responder por sus gravísimas acusaciones y pronósticos, que generan el caldo de cultivo propicio para la pérdida de la paz social.
Paralelamente, aparece por el Gobierno de la Ciudad un espía cuyo nombre jamás pasaría desapercibido: Ciro James. Este hombre realizó escuchas telefónicas a dirigentes sociales y políticos, mientras cobraba un contrato autorizado por Mauricio Macri. La causa judicial prosigue y promete mayores novedades, en un caso de espionaje interno propio de la dictadura militar y cuyo responsable máximo es, precisamente, Mauricio Macri por dos motivos: si en realidad no sabía que James perteneció a la Policía Federal y era amigo del ex Jefe de la aún nonata Policía Macrista "Fino" Palacio, es responsable por incapacidad de gestión y por contratar a personajes siniestros para realizar tareas aún más deleznables. Y si en realidad conocía los antecedentes de James, no hace falta mencionar el cúmulo de responsabilidades penales que deberá enfrentar Macri en esta suerte de "espionaje cheto" del subdesarrollo porteño.
En el caso de Carrió, la pérdida de valor de la palabra por años de manoseo por parte de medios y periodistas que dieron prioridad al "escándalo mediático" por sobre la responsabilidad informativa, inventando dirigentes políticos que no poseen trabajos de base y en caso de perder presencia en los medios terminarían abruptamente sus carreras políticas, indigna por la falta de criterio a la hora de poner sensatez en un país medularmente insensato. Títulos catástrofe, reportajes interminables e invitaciones hasta a programas de cocina para que Elisa Carrió responda los mismos dislates mencionados, no hacen más que degradar no sólo al periodismo, sino a la calidad política argentina misma.
Este tipo de dirigentes, incluyendo al mismo Macri, son parte de un fenómeno de creatividad mediática que nació con Carlos "Chacho" Álvarez: inventar y promover desde la prensa referentes dirigenciales para manejar la agenda política nacional al antojo de los grandes grupos mediáticos. Seguramente, tanto el ARI, los partidos que integran la Coalición Cívica y el PRO, poseen cuadros y dirigentes de base que, generalmente, son relegados a posiciones de conducción barrial, pero apartados de las marquesinas donde relucen los nombres de semejantes irresponsables como los que mencionamos. Lo descripto es un ejemplo acertado de lo que se denomina "clientelismo político", en este caso ejercido por la oposición. Poseer afiliados y estructura, para justificar la presencia mediática del dirigente.
Será hora, tal vez, de que las bases de la oposición se fagociten a sus propios dirigentes para dejar en claro que la sociedad, la política, el periodismo, el Poder y las prioridades populares se construyen desde abajo y no desde los caprichos discursivos y profecías de dirigentes con escaso o nulo talento y dudosa legitimidad representativa.
Sino, deberíamos suponer que las bases del ARI son apocalípticas y ciclotímicas y que en el PRO son todos espías. Y es obvio que no es así. Sólo falta que ellos, orgánicamente, lo demuestren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario