martes, 21 de abril de 2009

EL LEGADO RADICAL

El legado Radical
La muerte de Alfonsín nos sacudió de la maraña cotidiana que a fuerza de discursos instalados por los medios y las acciones de muchos compatriotas que ejercen la política no como forma sino como medio de vida, la nostalgia de la pertenencia ideológica partidaria invadió los corazones militantes en todo el arco político.
Mientras reconocíamos los valores democráticos encarnados en su figura asistimos entre conmovidos y asqueados al festival de quienes no dudaron en hacer especulaciones personalísimas en nombre de una lealtad que jamás tuvieron con su partido ni mucho menos con el Ex Presidente y blandieron su nombre como bandera reivindicatoria de cara a junio.
Me pregunto si Julio Cobos sabrá la exacta acepción de estos términos “no positivos” que sintetizan su figura, tan lejos por cierto de la de Raúl Alfonsín:
Oportunismo, dícese de la actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones.
Maquiavelismo, modo de proceder con astucia, doblez y perfidia.
Traición, falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
Sin ponerse colorado el actual vicepresidente de un Gobierno Peronista anuncia su vuelta a las filas de la UCR, partido que lo ha expulsado por considerar una traición mayúscula la conformación de la fórmula presidencial y pretende ungirse en el punto de unión de los radicales desperdigados. Habrá escuchado Cleto aquello de “que se rompa y no se doble”?
Me pregunto si Carrió habrá interpretado alguna vez seriamente los postulados alfonsinistas respecto de la oligarquía agrícola ganadera y si recuerda la silbatina en la Rural del año 88 cuando decide respaldar políticamente a los dirigentes de la Mesa de Enlace, tan lejos de los valores republicanos que ella pregona asida del crucifijo como exorcizando cualquier figura de la Revolución del Parque que pueda contradecirla.
Terminar con la democracia de candidatos y mucho más de este tipo de candidatos cómo producto de la política devastadora de los ’90 es el desafío que debemos enfrentar quienes tenemos compromiso militante en cualquiera de las estructuras partidarias para fortalecer esta Democracia que tanto nos costó parir y aún hoy 25 años después sigue gritando que la dejen crecer sana y sin vicios, que lo verdaderamente perdurable trasciende a los hombres, que la historia será insobornable, que reconciliar al ciudadano con la política no será por arte de magia. Recuperar la credibilidad y la confianza es un trabajo de todos.

Daniela Bambill

1 comentario:

Anónimo dijo...

es bueno tener memoria para no cometer viejos errores. hoy soplan vientos distintos y el nuevo pacto constituyente lo deben hacer todos los sectores populares.
el pueblo argentino sabe que el que mejor entendio y llevo adelante un cambio revolucionario fue el peronismo y hasta hoy se sigue manteniendo esa escencia .como dijo Evita el peronismo sera revolucionario o no sera nada.