viernes, 29 de octubre de 2010

Hasta dentro de un ratito, flaco.


 Por Daniela Bambill
Mi texto estará lleno de  lugares comunes, y está bien que así sea porque hay pocas cosas en la vida que tengan tanto lugar común como el dolor. Sepan dispensarlo.
Este tipo me demostró que cuándo la política te pasa por las tripas lo imposible ya no lo es, este tipo me demostró que los sueños se pueden cumplir y que el poder no implica la renuncia a las convicciones, algo que escuché muchas veces… Piba todo esto es muy lindo pero cuándo gobernás las cosas cambian, si no transas no te dejan… El no lo hizo no negoció sus convicciones y pudo.
Pocos hombres en la historia de la Nación tuvieron tanta convicción y terquedad como para generar tanto odio y tanto amor… El amor de la gente del pueblo directamente proporcional al odio de las corporaciones y el poder financiero concentrado…
Nosotros estamos del lado del amor,  nosotros estamos del lado de las causas que parecían perdidas y el Pingüino puso otra vez en el candelero y no solo eso, también las comenzó a solucionar…
Hablar de Derechos Humanos será el punto obligado en los libros de historia cuándo se lo nombre, no solo buscó justicia para los 30.000 desaparecidos, sino que visualizó a los desaparecidos sociales que nos dejó el neoliberalismo  y les devolvió identidad y dignidad.
Hablar de unidad latinoamericana será sinónimo de Nestor Kirchner y no habrá alumno de América Latina que no sepa quién fue  por generaciones y generaciones.
Cuándo los pobres de un pueblo están de luto,  sabemos que ese a quién despide hizo lo que debía hacer, que hizo las cosas bien.
Pero para mí hoy no se fue solo un líder popular, para mí hoy se fue el tipo que me devolvió las ganas de militar en política, que demostró que cuándo la política te pasa por las tripas no hay especulación válida, hoy se fue un compañero que me hizo sentir peronista y yo siento que le debo mucho, la esperanza de vivir en un país mejor, un futuro para mis hijos.
Y no se fue para siempre, solo por un ratito porque  lo encontraremos en cada bandera, en cada conquista, en cada lucha, cada vez que nos reunamos en la básica para planificar una actividad, cada vez que logremos desconfundir a un ciudadano desprevenido convencido de las mentiras hegemónicas, porque el Pingüino ya es un poco cada uno de nosotros, como Perón, cómo Evita, Néstor ya vive en el corazón de su pueblo…
A seguir construyendo que es la mejor manera de honrarlo.

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