martes, 14 de agosto de 2012

De la derecha, los cagatintas y la A... Ventura política de candidatear a cualquiera.


Por Daniela Bambill

Qué es lo qué tanto le molesta a los medios hegemónicos y sus cagatintas estrellas… Van perdiendo de a poco sus privilegios. Pero no hablamos de privilegios desde el punto de vista económico. Hasta la discusión que se entabló en la mayoría de la sociedad con el debate y la posterior sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el cuarto poder como gustan definirse ha gozado de un manto de sacralidad en nombre de la mentirosa “libertad de prensa”, ya lo decía don Arturo, no existe tal libertad, existe sí libertad de empresa…
Cuándo nos planteamos que los 202 años de historia que llevamos como nación han sido atravesados por la mirada y la pluma de las clases dominantes, no nos estamos planteando una cuestión dogmática, una consigna. La historia oficial va de la mano con el diario más antiguo en circulación, con intereses económicos y políticos bien definidos.
Una línea editorial con intereses económicos y políticos no es algo perjudicial,  lo perjudicial para el interés de las mayorías no es eso, sino que sea la “única” línea, la única mirada y por consiguiente monopolice el criterio de verdad.
En el derrotero de nuestro pueblo los años ’90 han sido paradigmáticos en cuanto a la desnaturalización de la política como motor de cambio social, la supremacía del mercado por sobre cualquier decisión soberana desembocó en la crisis más grande del SXX en nuestro País. Misma receta siguieron los gobiernos europeos, misma consecuencia padecen actualmente.
Ahora bien, a partir de 2003 se ha comenzado un proceso de reacomodamiento de fichas en el tablero, si se me permite la expresión,  la política como eje de todas las acciones gubernamentales, el mercado en el lugar del mercado, y los medios comienzan a tener el lugar que les corresponde a los medios: relatores de la realidad según el cristal por el cual miran.
Lo interesante es que ese cristal debería estar perfectamente identificado. Un amigo suele comenzar sus alocuciones diciendo: “soy peronista, negro y de boca y te  lo cuento para que sepas desde que lugar te estoy hablando”, vale esa opinión como la de alguien que nos cuente: “soy de derecha, liberal y me gustan las carreras de caballos”, sabiendo desde qué lugar se está opinando tenemos entonces la libertad de elegir y la posibilidad de un análisis más profundo de la mirada desde la cuál nos están hablando.
Ahora bien, hoy he leído una nota en la que un periodista dice “me han ofrecido ser candidato, yo no soy político, soy gente”, lo primero que surge preguntarme es cuál es la incompatibilidad que subyace a su expresión…. La gente no hace política? Los políticos son elefantes africanos famélicos buscando ramitas para saciar el hambre?  La “gente” es una categoría de modelos morales a seguir? Los políticos son extraterrestres? …
Este buen señor que ha pasado los últimos 20 años espiando personas, buscando información de  la vida privada de muchos y exponiéndolos al escarnio público levantando el dedo admonitorio de lo que es correcto o no, nos plantea esto que la derecha ha dejado como huella indeleble en el inconsciente colectivo.  “yo no soy político, soy gente”  diferenciándose de lo supuestamente sucio y espurio intenta comenzar a posicionarse en el juego agregando que le gustaría que los chicos vayan a la escuela que la gente tome mate en el barrio y un par más de los que se supone serían los ejes de su “gestión” como le gustó indicar.
La concepción de la política como lado oscuro de la sociedad nos ha llevado indefectiblemente a callejones sin salida, fogoneada por supuesto por los paladines de la moral y la buena ciudadanía. No importa si esto es a fuerza de mentiras o artilugios de marketing con el consabido rembolso para quien esta mintiendo, porque en definitiva no son más que empleados que venden su conciencia a muy bajo precio, tal es el caso de algún gordito fumador que anda por allí buscando encontrar alguna relación zoofilica en los dirigentes juveniles para terminar por demostrar que si militás en política podés convertirte en un mounstruo completito, si se me permite la disgreción.
Otra cuestión que me pregunté cuando lei la nota fue: si no es político,¿ por qué no deja la política para los que sí lo son?… No se vería con buenos ojos que alguien por el simple y solo hecho de tener algún conocimiento sobre síntomas de gripe se quisiera dedicar a la medicina….
La descalificación de la política y la degradación de quienes miltan y dedican su vida a esto tiene el mismo objetivo que fogonear la salida de personajes públicos, sin conocimiento alguno, al ruedo…  Vender espejitos de colores al pueblo para luego sojuzgarlo en beneficio de la minúscula minoría, valga la hipérbole, a  lo que los señores que insisten con esta estrategia todavía no se resignaron es a que desde la llegada del sur de un tipo con el desaprpajo y la incorrección política necesaria para las grandes causas, el tablero ha cambiado definitivamente….
Ya no se compran espejitos de colores,  cuándo aparece un dirigente político que encamina al pueblo a fuerza de la conquista de derechos, es muy difícil que algún pelafustán con notoriedad adquirida a fuerza de pantalla tuerza el camino…. Más aún cuando ese rumbo está guiado por una mujer… Dicen que a las mujeres nos nos  doblegan cuando tenemos un objetivo claro a alcanzar. En el caso de “esta mujer” el objetivo es la felicidad del pueblo… Y los pueblos no son tontos…  Entonces… Zapatero a su zapato, diría mi abuelita.

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