domingo, 12 de agosto de 2012

El modelo económico y el revisionismo histórico


Por Nicolás Durán- Militante de la JP de Causa Peronista Almirante Brown

En los tiempos que corremos muy a menudo suelo escuchar los reclamos que despierta la actual política proteccionista del gobierno nacional, largas y repetidas arengas esgrimidas por la oposición y sus empleados en los medios de incomunicación masivos, críticas que, principalmente apuntan a la cabeza del actual Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. Esta discusión respecto al modelo económico, específica sobre la cuestión aduanera, tiene muchísima historia en nuestro país y en la América del Sur, los orígenes del debate se remontan mucho tiempo atras de nuestra independencia y en difinitiva fueron parte de una lucha ideológica a nivel mundial que desembocó en la aceptación de la jerarquía científica de las teorías económicas que el poder imperial británico emanaba como estrategia de dominación. Aproximarse a la cuestión desde una perspectiva histórica permite arrojar luz sobre los acontecimientos que de otra manera sólo se limitarían a una confrontación entre teorías economicas, estadísticas y ejes cartesianos que lejos estan de la común comprensión de la mayoría. El abordaje debe ser mucho más simple, dado que en la historia encontramos la experiencia política pasada, la construcción del poder vista en perspectiva, negarla es un suicidio, es permanecer ignorantes de las verdaderas causas de cómo se alcanza el bienestar económico y cómo se construye una nación. Desde ya la temática que abordo en esta nota excede por mucho la amplitud de la misma, la discusión ha ocupado libros enteros. El objetivo de la presente es exponer brevemente los argumentos a favor de la actual política aduanera con basamento en la historia política de nuestro país y de las grandes naciones industriales de modo tal que sirvan de herramienta para la defensa de la misma, me propongo repasar algunos de los acontecimientos que con esfuerzo los manuales de economía ocultan y que por sí solos desenmascaran el engaño moderno sobre las causa de la riqueza de las naciones. 
En primer lugar es preciso que nos remontemos al orígen de la zoncera del librecambio, a Inglaterra, y observar las acciones, no los discursos, que la dirigencia política británica realizó en vías a obtener el tan preciado desarrollo industrial. Si nos guiásemos por los segundos, seguramente explicaríamos la revolución industrial por factores radicalmente distintos a los reales, nos valdríamos de argumento sociólogicos como el de Weber cuando relaciona el capitalismo a la ética protestante imperante en el Reino Unido o acudiríamos a la mencionada zoncera del libre comercio. En primer lugar es preciso destacar que Inglaterra no siempre fue una nación poderosa, largo fue el período que permaneció bajo las sombras de España y Francia que la superaban económica y militarmente. Es más, hubo un tiempo en el que los ingleses únicamente se dedicaban a la producción de materias primas como la lana que era exportada a los Países Bajos donde se producían las manufacturas que luego volvían a reingresar al territorio británico al doble o triple de su valor original. Esa realidad nos es común porque fue justamente a lo que nos dedicamos como fervientes creyentes de la división internacional del trabajo (otra zoncera colosal) durante la mayor parte de nuestra historia, salvo períodos facilmente distinguibles y de corta duración. Inglaterra mantuvo esta política hasta la llegada de Isabel I en 1558, quién impidió la exportación de lana a Holanda para asfixiarla económicamente y empezar a producir las manufacturas en territorio inglés. Grande fue el disgusto de los exportadores que tenían un negocio establecido, nada les importaba el desarrollo nacional de su país sino que sólo pensaban en acrecentar sus fortunas particulares. Historia parecida a la actual por estos pagos, con la Sociedad Rural despotricando contra las retenciones, la principal herramienta que el gobierno ha establecido para trasladar recursos del sector agrícola ganadero tradicional al desarrollo industrial del país. La respuesta de la reina inglesa (otra yegua diría un oligarca anglosajón del siglo XVI) fue tajante, no permitió bajo ninguno concepto que le torcieran el brazo y mantuvo firme su política económica proteccionista que pronto y paulatinamente fue alcanzando a todas las importaciones, hecho que provocó que los ingleses, por escases de suministros y productos del exterior, no tuviesen otra opción que empezar a producirlos ellos mismos. Es así que Inglaterra es el lugar donde se produce la revolución industrial y no otra nación, España vivía holgadamente del oro Américano, Francia todavía creía en la riqueza derivada de la tierra, pero los ingleses supieron ver el valor futuro del desarrollo industrial y que la única manera de alcanzarlo era una férrea defensa de la producción local a través de estrictas políticas aduaneras. El poder británico posterior no se explica a través de teorías económicas sino a través de medidas políticas, no es posible concebir la potencia naval inglesa sin las leyes de navegación aprobadas un siglo después que disponían que el comercio del país sólo se podía realizar en barcos construidos en su territorio y en los que la mayoría de la tripulación fuese inglesa. El proteccionismo económico es la base del desarrollo económico, no la libre apertura de las fronteras al comercio, hecho que provocaría la destrucción de la industria nacional y el empleo de la población. Todas las naciones industriales pasaron por esta etapa y aplicaron las mismas medidas, Estados Unidos hasta la finalización de su guerra civil todavía se debatía su lugar en la división internacional de trabajo, sólo logra desarrollarse gracias al triunfo del norte industrializador y proteccionista que aplica las mismas medidas que los ingleses realizaron en su momento. En alemania se repite las misma historia, que en siglo XIX aún se encontraba dividida y despega económicamente gracias al "Zollverein", la unión aduanera de los estados que la componían para, más tarde, acompañar dicha medida proteccionista con el "Seehandlung", que fue la creación de un banco estatal que otorgó la financiación indispensable para el desarrollo nacional. Es mentira que estas naciones siempre fueron poderosas producto de una superioridad cultural, es una falacia sostener que fue el librecambio que actualmente profesan la razón de su poderío, alguna ves supieron ser países relegados y explotados por grandes potencias que lograron liberarse gracias a que se quitaron el corset ideológico que las amordazaba, tarea que en este momento, los argentinos estamos en plena ejecución.
Sin embargo, no es posible entender la dificultad que los países del mundo tienen para comprender el valor del proteccionismo sin un elemento que nos falta en la ecuación. En 1776 Adam Smith publica "La Riqueza de las Naciones" donde eleva otorga caracter científico a las doctrinas económicas del libre comercio y la división internacional de trabajo. Es curioso advertir que los postulados del economísta británico fueron aceptados y difundidos con rapidez, impulsados por el gobierno inglés con carácter de verdad absoluta. Inglaterra daba al mundo su receta para el desarrollo, develaba su secreto tan celosamente guardado pero, nadie se daba cuenta, que practicaba políticas diametralmente opuestas para sostener su poder económico. Para que puedan imaginarlo, piensen en las actuales recetas que el Fondo Monetario Internacional reparte por el mundo que provocan resultados literalmente contrarios o sus objetivos profesos. La obra de Adam Smith es una mentira, es un instrumento de dominación ideológica sobre el resto de los pueblos que curiosamente su denominación completa es  "Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones", con la cual se ocultó las verdaderas razones del desarrolló económico alcanzado por Inglaterra que fueron las políticas proteccionistas a nivel aduanero. Para ahondar en la explicación desarrollada hasta el momento recomiendo la lectura del libro "La Insubordinación Fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones" de Marcelo Gullo, quién explica con detalle los casos mencionados y nos acerca con exactitud la versión real de los acontecimientos. Inglaterra se ocupa de difundir dicha posición ideológico política con caracter de ciencia porque justamente, para cualquier potencia a nivel mundial, es más barato y más facil mantener a los demas pueblos azonzados a dominarlos por la fuerza, cuestión por demás desgastante que el imperio inglés, a diferencia del romano, supo manejar con excelencia e inescrupulosidad. 
La penetración de las ideas librecambistas llegan a América Latina en la época colonial siempre a instancias de los intereses ingleses que buscaban difundirlas como ciencia. En primer lugar hay que aclarar que las colonias españolas estaban impedidas de comerciar con otras naciones, únicamente recibían las manufacturas de uso desde la metropolí que poseia el monopolio comercial sobre sus dominios americanos. Sin embargo, el accionar de los corsarios ingleses hacía cada ves más dificultoso el envío de suministros hasta bloquearlo en absoluto. El envió de los navíos mercantes se había hecho muy costoso para España dado que debían proveerlos de escoltas cada vez más numerosas para asegurar su protección de los piratas. Fue así que dejaron de entrar manufacturas y los habitantes de las colonias debieron empezar a producir aquello que escaseaba. En pleno siglo XVII en los territorios que rodeaban la Cordillera de los Andes, siempre en el interior de los territorios coloniales, tanto del Virreinato del Río de la Plata como el de Perú se comenzaron a desarrollar industrias que no tardaron en prosperar y dar una inucitada potencia económica a la región. Sin embargo, simultáneamente, las ciudades portuarias empobrecidas como Buenos Aires y El Callao en Perú se dedicaban al contrabando de productos ingleses, cuestión que desembocó en la división de dos facciones con anclaje territorial, el interior que comenzo a defender el proteccionismo y los contrabandistas angloporteños que querían implementar el librecambio para continuar enriqueciéndose a costa del bienestar de su pueblo. A estos últimos, gran apoyo para sus intereses significaron las "teorías económicas" que llegaban desde Inglaterra para justificar su cipayismo. Quién obtuvo la victoria no caben dudas, basta ver la primer medida de la Junta de Mayo que recibe al lider de la escuadra británica en el Río de la Plata, que saludó a cañonazos a la revolución, y establece el libre comercio con Inglaterra. O sino la declaración de Mitre al finalizar la Guerra del Paraguay: “Cuando nuestros guerreros vuelvan de su larga y gloriosa campaña…podrá el comercio ver inscritas en sus banderas los grandes principios que los apóstoles del libre cambio han proclamado para mayor gloria y felicidad de los hombres”. 
 Esta discusión todavía nos ocupa a los argentinos, todavía no nos avivamos todos de las mentiras que se no ha hecho creer para azonzarnos. Seguimos escuchando la opinión de tecnócratas que con los manuales de económia bajo el brazo nos anuncian verdades de la ciencia cuando lo único que hacen es afianzar las zonzeras que permiten nuestas total sumisión a ideologías foráneas. Dudo que en cualquier facultad de economía se discutan estos hechos, dudo se vea más alla de lo convencional, no le deben decir nada a nuestros estudiantes de economistas proteccionistas que alumbraron con su aporte el desarrollo de sus naciones como Alexander Hamilton como Secretario del Tesoro para Estados Unidos o Friedrich List que con sus ideas sobre el proteccionismo llevó a Alemania a ser la nación poderosa que hoy es. No, aca a Moreno lo calificamos de tirano, no vemos mas allá de nuestras narices, vemos a la yegua que no deja que entren productos del extranjero, que atenta contra la ciencia económica, que limita nuestras libertades con total despotismo. Que me digan los popes del librecambio qué libertad puede construirse en base al retraso económico, al desempleo, a la falta de intervención estatal sobre las acciones privadas que de otra manera, de quedar absolutamente libres, explotarían las desigualdades en vistas al máximo beneficio de los más poderosos. Nos mantienen atontados y dominador de una manera apenas perceptible de tan difundida y aceptada que esta, ahi está la verdadera "mano invisible" de Adam Smith, que nos somete y ha subyugado a más naciones que cualquier conquistador que haya existido, pequeños quedan al lado de él Alejandro Magno, César o Napoleón. Es preciso que estudiemos la historia para librarnos de la zoncera, que dejemos de escuchar lo que nos dicen y empezar a ver que fue lo que hicieron para desentrañar las verdaderas causas de la riqueza de las naciones. Hay que derribar la zoncera y justamente para eso hay que difundir estas ideas como herramienta de defensa de un modelo nacional que por primera vez ha empezado a construir las bases reales para un futuro promisorio del pueblo argentino. Como diría List "el mejor libro sobre economía política que se puede leer en este país moderno es la vida...sólo allí me hice una idea clara del desarrollo gradual de la economía de los pueblos". Esta es parte de la tarea militante que nos aboca, la de librar la batalla cultural para encaminar defininitivamente a la Argentina rumbo a la liberación nacional.

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