viernes, 8 de junio de 2012

Lo que nos dejó el cacerolazo

Por Daniela Bambill

Desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003 la reconciliación de la Política con la sociedad ha sido un trabajo cotidiano.
Viendo las motivaciones de quienes estos días protestan en las calles de la Ciudad de Buenos Aires,  histórica cuna de la más rancia oligarquía y su hija dilecta, la clase media acomodada, podemos decir que el objetivo de Néstor Kirchner está cumplido.
No vimos en la plaza pibes con morrales y pelos largos tirando piedras, no vimos pueblo de a pie y con hambre reclamando trabajo, no vimos nenes con mocos y zapatillas viejas acompañando a sus padres. No los vimos porque el subsuelo postergado de la Patria ya no es la variable de ajuste de las políticas impuestas desde el establishment económico. No lo vimos porque los pibes ya no tiran piedras,  estudian, militan, trabajan, sueñan porque avizoran eso que quisieron arrebatarles, el futuro. No los vimos porque ya no hay pibes con mocos en la calle comiendo de ollas populares, la comida está en casa y sus padres ya no cortan puentes desesperados por ser visibles frente a la indiferencia del Estado, ahora trabajan y la preocupación es el progreso familiar, la educación de los pibes, porque la comida esta en la mesa calentita fruto del laburo diario…
Por supuesto que falta todavía un largo camino de reconstrucción, sería necio suponer que ya está todo hecho después de casi 40 años de desguace del Estado y desindustrialización del País…. Falta mucho todavía.
La foto de anoche en nuestra Plaza de Mayo  es esclarecedora, señoras de tapados de visón, carteles que declamaban odio, personas que se movilizaban sin una consigna en común, cada uno exacerbando la individualidad tenía “SU” motivo para estar allí, los motivos de grupo de personas eran de los más variados.
Las zonceras explicitadas en sus dichos y cartelitos nos están gritando algo mucho más importante de lo que escuchamos o leímos,  anoche esa foto, esas palabras nos estaban diciendo que estamos en el camino correcto.
Cientos de personas salieron con sus cacerolas detrás de una convocatoria que tenía como líderes a lo más despreciable de la sociedad, una mujer que reivindica el genocidio, los sectores que han hecho de la avaricia su estandarte ponderando su derecho adquirido a partir de la aniquilación de millones de argentinos en la conquista al desierto, los monopolios informativos que mantuvieron anestesiada a la gran mayoría hasta la discusión sobre la Ley de Medios… Pobres de aquellos que salieron anoche motivados por  el odio que seguramente ni siquiera les es propio. Pobres de aquellos que fueron funcionales a quienes en definitiva están contra sus propios intereses… Pobre de aquellos que no tiene más ideal que el odio y la oposición a cualquier cosa que les quite la posición un peldaño más arriba que esos “negros con olor a barrio”. Pobre de aquellos que no conocen el significado de la palabra PATRIA.
Nosotros, la gran mayoría del pueblo argentino, sigamos construyendo cotidianamente cada uno desde su lugar este sueño colectivo, algunos de los que estaban anoche quizá despierten, otros ya no podrán porque su sueño individual  nunca más será la pesadilla de los nuestros. Una vez más podemos decir que ahora sí tenemos PATRIA y que la vamos a defender en memoria de quienes dieron su sangre en estos 202 años, por nosotros y por los que vendrán.

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